martes, 7 de febrero de 2017

DIARIO DE ELAM


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Día 2: Con ilusión comenzamos el viaje que mi padre me había prometido. Lástima que llueve sin parar.

Día 3: Es divertido pues vamos toda la familia: mis mascotas, mis padres, tíos, abuelos y mi primo Cus.

Día 6: Llevo dos días sin escribir porque no encontraba mi diario que, por fin, ha aparecido a punto de ser engullido entre las fauces de un cerdito. Sólo se ha comido la primera página con el día primero.

Día 7: Esto empieza a aburrirme y sigue lloviendo.

Día 8: Yo imaginaba que un crucero fluvial sería más divertido, pero, entre el río crecido y la lluvia que no cesa, solo veo agua.

Día 9: El olor en la barcaza es insoportable y la gallina no me deja escribir. Mañana nos toca comérnosla, ha dicho mi abuelo.

Día 10: Al cerdito que le gustaba mi diario, hoy he notado que le faltaban las orejas y el rabito. Ya sé lo que comimos ayer y que me supo tan sabroso, pero me da pena.

Día 11: Ahora entiendo la insistencia de mi abuelo para traernos los animales de la granja.

Día 12: A menudo, mi abuelo nos habla del bien y del mal y de otras cosas, que ni mi primo Cus ni yo entendemos.

Día 13: No es fácil la convivencia ni siquiera entre familia. Para los animales tampoco.

Día 14: Los animales están alborotados y enfadados. El que más enfadado está es la cabra y el macho cabrío. Creo que ya sé de donde procede el término cabreo y cabrón.

Día 15: Por fin ha dejado de llover, mi padre y mis tíos Cam y Jafet, lo están celebrando con el escaso vino que quedaba.

Muchos años después:

He leído unas crónicas que me han resultado imprecisas y exageradas, pues hablan de un gran diluvio de cuarenta días y cuarenta noches de lluvias que anegaron la faz de la Tierra…

Yo sólo digo que mi abuelo Noé fue un poco exagerado en su narración, porque nuestro crucero fluvial fue de quince días y con crecida por la lluvia. ¡Ah! Sólo llevábamos unos cuantos animales de nuestra humilde granja.

Creo que la Historia y La Biblia magnifican y tergiversan muchos acontecimientos. 


IsidroMoreno

(Obra seleccionada y publicada en antología:  «IV Certamen Palabras en Flor». Enero-2017)

LADRÓN DE NUMEROS


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Todo el barrio parecía haber sufrido un extraño virus. Muchos números de portales, locales e incluso señales circulatorias y otros anuncios, se veían arrancados y robados, sin embargo, solamente era robado el número cuatro, importando poco si éste ocupaba el lugar de las unidades, decenas o centenas.

Fruto de las denuncias de vecinos, se mantenía al principal sospechoso en los calabozos de la policía, pues tras un registro en su vivienda, se encontraron miles de «cuatros». La policía lo diagnosticó como Síndrome de Diógenes selectivo, pues los únicos enseres inútiles que acumulaba eran números «4». En el cuatro de baño, cuatro de estar y el cuatro de contadores, había cuatros de latón, cuatros de plástico, de hierro o de forja, cuatros de cerámica y de madera, todas las sillas sin patas traseras, o sea, formando un cuatro, cuatros preciosos, cuatros horribles, manivelas con forma de cuatro, figuras humanas sentadas en el aire, perfiles de escalera formando cuatros, manos dibujadas sin el pulgar… los cuatro policías que hicieron el registro, salieron con los ¡ojos a cuatros!

Tras cuatro horas de interrogatorio, el comisario dedujo que se trataba de un individuo con trastorno de personalidad, fanático del Cine del Oeste, que una vez consiguió trabajar en el rodaje de una película de Spaghetti Western en Almería y que, desde entonces y a diario, narraba orgullosamente a todo el que se dejaba, su inolvidable interpretación de perverso cuatrero

IsidroMoreno

(Obra seleccionada y publicada en antología del "IV Certamen. Palabras en Flor" Enero-2017)