jueves, 21 de junio de 2018

DE CANTOS, MITOS Y CULPAS


Resultado de imagen de rené maltête

   El presidente de Cofradías hablaba al nutrido grupo del colectivo pesquero. Una tragedia había acabado con siete pescadores que faenaban en alta mar.

   El orador aludía retóricamente a esos trabajadores y a su dura profesión. Enardecido por el mar, su mitología, la crueldad y peligros marinos, se refirió a los curtidos marineros como hechizados por sublimes cantos de sirenas y, en su delirio con el mar, a veces traspasaban unas peligrosas fronteras sin retorno.
   Apareció en el escenario, sobre silla de ruedas, una señora de larga y pelirroja melena, entrada en años y arropada por una manta.
  Pidió permiso y, tomando el micrófono, arengó con alabanzas a los sufridos pescadores pero, a continuación, elevó volumen y tensión en defensa de las ancestrales sirenas, siempre culpadas de las desgracias y desapariciones de pescadores, a pesar de ser harto conocidos los frecuentes hábitos de estos marineros cuando, bajo oscuros sentimientos, la bebida o amores desairados…, acaban cometiendo errores de trágicas consecuencias.
   En aquel momento, se despojó de su manta, exhibiendo bajo la cintura, una larga y brillante cola de pez; mientras, entre el público, unas voces femeninas entonaban una hipnotizante melodía coral que sumió en sublime y placentero éxtasis a los congregados.



IsidroMoreno


(Primer premio en el II CONCURSO DE CUENTO BREVE "UNA FLOR PARA TI" convocado por Tu Concurso Literario.. Junio-2018)

Foto de René Maltête 

domingo, 3 de junio de 2018

MANIFESTACIÓN LINGÜÍSTICA


Imagen relacionada



El tumulto ante la RAE era mayúsculo. Los antidisturbios pretendían acordonar la zona y separar a los grupos de manifestantes que allí se congregaban y cuyas causas y reivindicaciones eran desconocidas por los policías y por el resto de viandantes.
De una parte se observaban pancartas con las siglas «P.E.L.E.A.L.» (Plataforma Española de Lingüistas, Escritores y Aficionados a la Literatura), enarboladas por un variopinto público con mensajes de demandas que apenas pude leer, pues a su vez, dichas pancartas servían como armas arrojadizas o de contundente golpeo a todo elemento cercano.
De otra parte, centenares de signos ortográficos, como guardia pretoriana, defendían las puertas de tan insigne edificio. Allí se congregaban luchando a «brazo partido» cientos de comillas, corchetes, interrogaciones y admiraciones tanto de principio como de final, calderones, antilambdas, virgulillas de eñes, asteriscos, apóstrofos solidarios, diéresis, tildes cabreadas, barras, flechas, puntos suspensivos… creo que toda la representación de los signos de puntuación, diacríticos y auxiliares, que volaban y giraban en el aire con incursiones asesinas sobre cualquier cosa que se moviese.
Yo había sido invitado a una conferencia de “gramática anglo española”, pero sin noticias de posibles disturbios, aunque pronto me encontré inmerso en un cuarto grupo contendiente, compuesto por despistados británicos, escritores microrrelatistas y otros antiguos compañeros de facultad asistentes —supongo— a la conferencia y a los que apenas pude saludar, pues, en aquel tumulto a cuatro bandas era difícil hasta pensar.
Recibí un golpe en la cabeza con una pancarta que decía: «NO A LA REFORMA ORTOGRÁFICA de 2010». No sé si vi las estrellas o eran asteriscos voladores, pero también observé cómo una tilde cabreada atacaba a un policía solo que, de inmediato, lo convirtió en un adverbio (sólo), pero con mente.
Frente a mi grupo de supuestos británicos —yo soy toledano, que conste—, una decena de eñes nos reprobaban el ostracismo que sufrían en el lenguaje internacional e informático. Otras tantas admiraciones e interrogaciones de inicio nos abucheaban y nos recriminaban su deseo de continuidad laboral en el idioma español, pues cierto es que se rumoreaba sobre la propuesta para eliminar el uso de esos signos de inicio.
Dos parejas formadas por «CH» y «LL», cogidas en cariñosa actitud, las vi escabullirse entre la muchedumbre abandonando una pancarta en la que se leía: «¡NO DISCRIMINACIÓN A LOS DÍGRAFOS! (También somos letras)»
Ya no recuerdo más de aquella manifestación, pues una virgulilla se me introdujo en un ojo y, casi a la par, una picuda antilambda, se me clavó entre ceja y ceja, pero lo peor fue cuando vi caer sobre mí un enorme paréntesis, que hizo lo propio en mi percepción de la realidad hasta este momento en que, tumbado en una cama de hospital, intento averiguar las tribulaciones y demandas de aquellos elementos que formaban el tumulto ante la RAE.

IsidroMoreno

(Publicado en revista "Dletras" por Asociación de escritores El Común de la Mancha -Mayo-2017-)