En la fila de caja, hacía cálculos para ser atendido
por ella y no otra. No le importaba esperar todo el tiempo del mundo mientras
pudiera verla y oírla, sin embargo, se sentía ruborizado por ser el único
cliente varón en esa boutique de ropa íntima de mujer.
Hoy le rozó la mano, cruzaron cinco frases y una
mirada fugaz. Estaba feliz.
Una vez más, mañana y de forma anónima, donaría las
prendas de lencería que acumulaba en su triste apartamento de soltero.
IsidroMoreno
(Seleccionado y publicado en antología: "III Certamen literario de microrrelatos de Amor" Edit. Letras como Espadas. Feb-2017)
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