lunes, 23 de enero de 2023

EL DÍA DEL ECLIPSE


 


Casi a diario coincidían en el mismo ascensor del edificio de oficinas. Dos almas juntas en un diminuto espacio. Un “buenos días”, un cruce de miradas mustias y unas forzadas sonrisas en un intento de disimular esa amarga soledad que a veces une incluso a extraños.

El día del eclipse, sin rasgar el silencio, las extrañas almas del ascensor se fusionaron en un cálido y sentido abrazo de siete pisos de duración.

Tres meses después de aquel día, se siguen viendo en el hall del edificio, esperan para poder subir solos, se adentran, se cierran las puertas, se abren los corazones, no hay beso, no hay sexo, solo el desgarrador deseo de abrazar y ser abrazado hasta la planta veintidós.

Hace unos días, ambos han interrumpìdo su medicación de ansiolíticos por depresión y abatimiento y, aunque no creen en la magia del eclipse, ahora perciben que sus ojos parecen más grandes. Incluso brillan.

 

IsidrøMorenø 

No hay comentarios:

Publicar un comentario