Vivía y bebía su vida por la
noche. Casi todos sus apasionados recuerdos habían transcurrido bajo la luz de
la luna, las estrellas o artificiales neones. Dicen también que gustaba de la
sangre fresca de jovencitas descarriadas.
Tras un desafortunado accidente, quedó
ciego para siempre y ahora junto a su perro lazarillo, planea acabar con su
eterna noche y, tumbado dentro de un ataúd de lujoso acolchado modelo ÚltimoGrito, sueña con lluvia de estacas.
Mientras tanto, una lápida de
mohosa piedra, espera impaciente ser tatuada con un mordaz epitafio.
IsidroMoreno
(Para concurso mensual
ENTC. Septiembre-15. Tema: Epitafios.
Seleccionado y publicado en antología “INSPIRACIONES
NOCTURNAS II. Noviembre-2015)
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