Descendí del módulo y mi bota
marcó huella en un suelo jamás pisado por el Hombre. Postrando mi rodilla en la
playa clavé el estandarte y, en nombre de Isabel y Fernando, bendije aquel
nuevo mundo mientras mi escudero me interrumpía con «que no son gigantes, mi
señor, sino molinos».
IsidroMoreno
* Relato ganador mensual en agosto-2018 del concurso "Cincuenta Palabras".
Imagen de Internet.
* Publicado en 5.ª antología de 50 Palabras, «BAILEMOS PALABRAS» diciembre-2018
* Publicado en 5.ª antología de 50 Palabras, «BAILEMOS PALABRAS» diciembre-2018
Siempre hay alguien que nos quiere arruinar el momento...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Ni que lo jures. En este caso, la "amargafiestas" será la cruda realidad.
EliminarGracias, José A. por tu comentario.