Acababa
de celebrarse el evento anual más esperado en el zoo y, en los rostros de los
asistentes, se asomaba un rictus de decepción mientras comentaban la fatalidad por
no haber batido el récord y la pena por el duro trompazo de los dieciséis elefantes cuando se rompió la tela de la
araña.
IsidroMoreno
(Relato finalista en programa Wonderland de RNE 4 del 03-11-2018)
Ha de haber sido un golpe digno de un record...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Jajajaja...qué bueno, Isidro. Me has tenido en un ay todo el relato
ResponderEliminar¡Genial!
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