Era un amigo del barrio aunque sufría
sus humillaciones de cabecilla del grupo. A menudo, además de comerse mi
merienda, ya me ordenaba de qué tenía que ser el bocata del día siguiente.
Hoy en mi despacho recuerdo sus tropelías,
mientras, sentado ante mí, me suplica un puesto de trabajo.
IsidroMoreno
* Relato seleccionado y publicado en 5.ª antología de 50 Palabras: «BAILEMOS PALABRAS» noviembre-18
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