El hermoso y gallardo sapo, con
su afinado croar, su mirada lasciva y su apuesta pose de príncipe azul, se dejó
atrapar por la joven doncella de atuendo dominical.
Tras un largo beso, lo acostó
bajo su almohada y, dormida, esperó al alba.
Cuando despertó, el sapo todavía
estaba allí.
IsidroMoreno
* Seleccionado y publicado en 5ª antología de 50 Palabras: «BAILEMOS PALABRAS». Madrid, diciembre 2018
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