CARPE DIEM
Decidido a estirar lo más posible aquella jornada, saltó de
la cama para acudir a la cita con su amigo al que invitaría a desayunar en el
Hotel Palace.
Tras el lujoso desayuno y despedida efusiva, entró en unos
grandes almacenes para cambiar de look.
Ya en la calle, se sintió como un perfecto gilipollas. Para calmar las voces de
su conciencia, entregó a un indigente la ropa y zapatos con la que había salido
de casa.
Tenía concertada cita en la más famosa marisquería, con su gran
amiga, de la que una vez más se despidió, a su pesar, con beso en la mejilla.
Después, le esperaba el chófer de una limusina blanca, que le conduciría a la cita
con su antiguo compañero de trabajo, al que invitaría a comer en el Hotel Ritz.
Luego, amigo, chófer, limusina y él, antes de la función de
teatro, decidieron ir de putas.
Tras el desayuno del Palace, las compras en El Corte Inglés,
su imagen de gilipollas, la mariscada con su amor imposible, la comida del
Ritz, la bacanal con las putas, el baile borracho en el palco del musical, los
besos de despedida de su amigo… ¡Ya
estaba solo! y nuevamente empezaba a sufrir el pertinaz dolor interno.
Decidió “tomar la última copa”. Quiso bailar con el camarero,
pero acabó bailando con una señora y
entonando a coro con Mr. Sinatra, un melancólico My Way… “El fin muy cerca está…” y
con fuerza en el apoteósico final… “a mi
maneeeera” que a ambos les hacía saltar las lágrimas.
A la mañana siguiente, según lo previsto, Ladislao, con su agudo dolor interno y una
inusual resaca, tomaba un taxi sin vuelta con dirección a la unidad de
oncología del Hospital La Paz, donde le
suministrarían tratamiento paliativo para su cáncer terminal.
IsidroMoreno
(Texto de 300 palabras. Relato seleccionado y publicado en antología "I Concurso Internacional de Micro/Cuentos -España- Temática: El Cáncer)